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Enfrentar la decisión de qué se quiere estudiar puede ser algo difícil, sobre todo si aún no se tiene la plena convicción en qué se quiere trabajar. Hay personas que, gracias a una previa orientación vocacional, ya se han visualizado en las profesiones de sus sueños; sin embargo, hay otras que necesitan una guía y ayuda al momento de elegir.
Calma, no hay por qué entrar en pánico. Aunque no se tenga una idea clara de la carrera que se quiere elegir, esto no significa que sea un fracaso. Por el contrario, esto puede significar una valiosa y genuina oportunidad.
Para hacer una buena elección, es recomendable seguir una serie de pasos. De esta manera, la decisión sobre el futuro se convierte en una forma de vida más que en una obligación.
Sin prisas
Probablemente, uno de los errores más comunes que cometen los estudiantes antes de hacer una elección de carrera es apresurarse. Algunos piensan que entre más rápido tomen una decisión, menos presionados se sentirán con el paso del tiempo. Sin embargo, esto no es lo mejor. Construir un proyecto de vida profesional no es un asunto de reloj, tiene su inicio y final, pero necesita ir creciendo a medida que la formación y la experiencia laboral tenga cabida. Tómate tu tiempo, no importa cuánto. Siempre es mejor una elección bien pensada que una hecha a prisa.
Haz una lista de tus intereses
Cada persona se siente atraída por diferentes temas, por lo que enlistar las cosas que más te atraen profesionalmente es una buena idea para esclarecer tu panorama. Por ejemplo:
- Intereses personales.
- Intereses académicos.
- Intercambios al extranjero.
- Oportunidad para aprender nuevos idiomas.
- Actividades extraescolares que el centro de estudios ofrezca.
Reconocer tus habilidades
Este ejercicio resulta muy útil, sobre todo cuando existe la incertidumbre de no saber “para qué se es bueno”. Por ello, enlistar las habilidades que se tiene como persona es una manera sencilla de resaltar un perfil claro, el cual es clave para aspirar a una carrera universitaria.
Conoce los centros de estudios
Dicen que <<de la vista nace el amor>>. Si no conoces los centros de estudios quizá no podrás sentirte interesado del todo. Lo mejor es ir a dar una vuelta por los campus universitarios o institutos, empaparse de la experiencia antes de comenzar, quizá visitar las facultades o los salones de las carreras que te interesarían. Conocer el ambiente puede ser también un factor importante a la hora de tomar una decisión.
Entérate de la oferta académica
Por ejemplo, es posible que dos centros de estudios distintos ofrezcan el mismo estudio, pero con materias diferentes. Por ello, si conoces la oferta educativa de cada uno de ellos, te será más sencillo elegir. Quizá al conocer las clases específicas de la carrera, podrás identificarte con ellas y eso influirá significativamente en tu elección.
Compara pros y contras
Algunos factores como el renombre de la institución, la distancia, la duración de la carrera, el costo o, incluso, las salidas profesionales, influyen también de manera importante en una decisión profesional. Lo más conveniente es comparar entre una y otra para reconocer qué es lo que verdaderamente se espera y se quiere del estudio. Por ejemplo, si buscas una universidad con oportunidad de intercambio escolar habrá una que le dé más prioridad que otra. Todo es cuestión de perspectiva.
Sé cuidadoso con tus expectativas económicas
Si no es una profesión que te convenza y la eliges sólo por el proyecto económico, probablemente te sentirás muy frustrado en el curso de la universidad.
Visualízate
Piensa en la siguiente pregunta: ¿Cómo te ves dentro de diez años? Esa imagen mental que crees de ti mismo es lo que realmente deseas, por lo que visualizarte ya en el futuro puede ser de mucha ayuda para tomar una decisión en el presente. Este juego de la visualización suele convertirse en un objetivo profesional, por lo que es más fácil resolver la duda de lo que quieres estudiar si obedeces a tu intuición.