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El término de ética profesional es bastante sonado y conocido, y hace referencia inmediata al conjunto de normas o valores universales que un profesional debe cumplir en su área de trabajo.
Cada carrera tiene su propio marco ético, el cual determina una serie de reglas conformes a la profesión. Seguirlas es un principio básico, pues ayudan a resolver cómo actuar frente a cualquier circunstancia, difícil o crítica, que pudiese presentarse.
Los valores deontológicos de la ética profesional están asociados a características integrales y positivas en el desarrollo humano, como la puntualidad, la constancia, la confidencialidad, la responsabilidad, la equidad, la honestidad, la solidaridad, entre otras.
La ética profesional procura el bien común, y trata de que los beneficios individuales desaparezcan.
No cumplir, quebrantar, o vulnerar de manera deliberada, la ética profesional puede ser causa de sanciones o castigos, incluso, penados por la ley. Algunas de estas transgresiones pueden ser motivo de cárcel y destitución de cargo. En algunos casos, puede llegarse a poner en peligro la cédula profesional.
Tipos de ética profesional
La ética profesional del médico. Desde la antigüedad, se le atribuye a Hipócrates (460 a. C. – 370 a. C.) los primeros códigos éticos para ejercer la medicina de manera oficial. Los profesionales en medicina se rigen por principios fundamentales como beneficencia, autonomía, justicia y no maleficencia. Estos deberes son parte del llamado juramento hipocrático, el cual se hace de manera pública cuando los profesionales en medicina obtienen el grado de médicos.
La ética profesional del psicólogo. El ejercicio profesional de un psicólogo está íntimamente relacionado con el desarrollo humano del paciente, por lo que como parte de su código ético está el de procurar el bienestar mental y físico de éste. El psicólogo debe ser capaz de escuchar, aconsejar y permitir que el otro siga su camino sin intervenir en él. Además, también tiene la responsabilidad de guardar confidencialidad sobre la información personal que el paciente pueda proporcionarle.
La ética profesional del biólogo. Los profesionales en biología también acatan ciertas normas para proteger y salvaguardar la integridad de la naturaleza. Es decir, bajo ninguna circunstancia deben prestar sus servicios profesionales para atentar contra la vida natural. El biólogo debe dirigirse por valores de respeto, diligencia, lealtad, honorabilidad, etc. Su trabajo está basado en el conocimiento científico, por lo que siempre debe estar en busca de la verdad del hecho natural.
La ética profesional del abogado. Quizá, la abogacía es una de las profesiones más complicadas para ejercer la ética profesional, debido a su subjetividad intrínseca. Sin embargo, se trata de una profesión ligada a las normas éticas del comportamiento humano. El jurista tiene el deber de servir a los demás y toma como norma suprema de su conducta la moral y la justicia. La honestidad y la lealtad son fundamentales para el ejercicio del derecho, así como la búsqueda de la verdad. El profesional en derecho debe permanecer firme en sus convicciones y procurar servir únicamente a las causas justas, con diligencia y tenacidad.
Muchas de estas profesiones, tienen como principio básico de ética el secreto profesional, el cual es sumamente importante pues protege el derecho de privacidad de los individuos.
Sea cual sea la carrera, la ética siempre procura que el sentido humano y el respeto por éste no se pierdan en el ejercicio del deber.