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Presentar un examen suele ser un acontecimiento que muchos padecen. A veces el nerviosismo o la pronta desaparición de las ideas, pueden generar un verdadero problema a la hora de presentar una prueba. Así, ¿cómo estudiar para un examen para que dé buenos resultados? Te damos los mejores consejos.
Existen algunos trucos que son muy útiles para hacer de esa difícil y tediosa tarde de estudio, una experiencia mucho más agradable y, sobre todo, eficaz.
Cómo estudiar para un examen
Planifica tu hora de estudio
Hay algunos mitos sobre cómo estudiar para un examen. Algunas personas creen que estudiar para un examen la noche anterior, es buena idea, pero lo cierto es que no es lo mejor. Lo ideal es contar con el tiempo suficiente para dedicarlo enteramente al estudio. Pegar los ojos al libro o a los apuntes durante toda la noche no sólo puede ser agotador, sino que también poco productivo. En cambio, si se estudia con algunos días de anticipación es posible contar con períodos extra para relajarse o distraerse un poco. La memoria a largo plazo es más fiel que la de corto plazo. Evita estudiar a prisa, tómate tu tiempo y los beneficios serán notables.
No a las distracciones
Evita cualquier cosa alrededor de ti que pueda causar distracción. Apaga la televisión, la computadora, o cualquier aparato electrónico que sea de tu interés. El cerebro es muy engañoso y a la hora de estudiar prefiere hacer otras actividades que ponerse en acción. Puedes elegir un área de estudio que esté aislada o que cuente con las condiciones idóneas para tu concentración. Por ejemplo, una biblioteca, un parque, una cafetería con poca gente o cualquier sitio que sea silencioso y tranquilo.
No memorices, sólo presta atención
No es necesario memorizar todos los puntos y detalles para estudiar eficazmente. Algunas veces sólo basta con prestar atención a la clase y tomar los apuntes necesarios Sin embargo, si es necesario que te aprendas nombres, fechas, títulos o lugares con precisión, lo mejor es utilizar el método asociativo más que el de memoria. Es decir, puedes utilizar imágenes mentales, números, colores, o lo que se te ocurra para recordar.
Apóyate en material gráfico o visual
Hay personas que no pueden concentrarse sólo en palabras, pues necesitan un estímulo visual que los ayude a encontrar sentido a lo que están leyendo. Para ello, es muy útil apoyarse de material extra. Los mapas mentales, diagramas, esquemas, tablas o fichas de estudio pueden ser de gran ayuda. También hacer algunos dibujos puede ser una herramienta lúdica muy eficaz. Cualquiera que sea el material gráfico en el que te apoyes, será una excelente idea para estructurar el contenido de tu estudio.
Aliméntate y duerme bien
Esto tiene que ver también con administrar bien tu tiempo de estudio. Si no te alimentas correctamente ni duermes lo suficiente, tendrás mucho menos energía y disposición tanto para estudiar como para presentar el examen. Es importante mantenerse relajado y en óptimas condiciones, pues de esto depende el humor y la estabilidad mental para presentar una prueba. Tu cerebro debe descansar para procesar toda la información aprendida de manera correcta. Evita desvelarte o comer comida chatarra, lo ideal es dormir bien y comer sanamente.
Por último, aunque la palabra examen ya te predisponga a un evento no muy agradable, es importante que recuerdes que mientras más tranquilo y seguro de ti mismo estés, mejores resultados obtendrás.
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