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El crecimiento personal sucede de diferentes formas y a distintos ritmos. Algunas veces se tienen que presentar momentos o situaciones que, inevitablemente, generan un cambio en la vida.

Este cambio puede ser progresivo, paulatino o darse de pronto, de manera imperceptible o profunda, voluntariamente o no. Pero para llegar a él es necesario invertir toda la energía emocional posible.

Crecer como persona es un objetivo que todos, tarde o temprano, buscan conseguir. El deseo de ser la mejor versión de uno mismo es algo inherente al espíritu humano, por lo que poner manos a la obra es la mejor estrategia para conseguirlo.

Hazte responsable de tu propia felicidad. Te sorprendería saber cuántas personas posponen su felicidad para más tarde o para cuando tengan más tiempo. Es increíble la cantidad de excusas que se pueden poner en el camino sólo por el simple hecho de no poderse hacer cargo de su propia felicidad.

Aprovecha las oportunidades. Algunas veces las personas no son capaces de aprovechar las oportunidades que se les presentan por miedo al fracaso. Sin embargo, hacer caso a la intuición puede ser de valiosa ayuda. Pues de esta forma, cada vez que se presente una buena oportunidad se es capaz de reconocerla y aprovecharla al máximo.

Ten confianza en ti mismo. Ese miedo a fracasar muchas veces está ligado a una falsa percepción que existe de uno mismo. Pensar que “todo siempre sale mal” o “nunca podrás hacer algo bien” es completamente erróneo. La confianza personal tiene que ver con el reconocimiento propio. Este valor es sumamente importante para adquirir la seguridad interna que se proyecta a los demás.

Gestiona tus emociones. Saber reconocer las emociones y qué hacer con ellas es parte fundamental de un proceso de crecimiento personal. Algunas personas se dejan controlar por sus emociones, la mayoría de éstas negativas, y terminan asumiendo y aceptando cosas en sus vidas con las que no están felices. Por ello, es importante saber lo que se siente y por qué de la manera más clara posible antes de actuar.

Rodéate de personas positivas. Parte importante del crecimiento personal es rodearse de gente que tenga el mismo objetivo. Es decir, de nada sirve que te propongas ser mejor cada día, te esfuerces en ello, pongas tu energía tanto física como mental para superar algún obstáculo, cuando existen personas a su alrededor que sólo te están cargando con mensajes negativos. Algunas veces, estas personas negativas no se dan cuenta de lo que hacen, o sí, y a menudo echan abajo todos los deseos o esperanzas de quienes sí desean crecer de manera personal. El truco está en no hacer caso a mensajes negativos, sino al contrario: procurar buscar a las personas que, a través de mensajes positivos, te hagan sentir más confiado y fuerte para conseguir tu meta.

Mejor conocido como coaching, este “entrenamiento” de las emociones es un excelente aliado a la hora de impulsar el desarrollo propio y profesional de las personas.

El crecimiento personal es un factor elemental que poco a poco se está tomando en cuenta en las empresas o en los nuevos empleos, así como en la vida misma.